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Hoy es 9 de Noviembre. Según pasaban los últimos días el proceso por el derecho a decidir parecía que iba perdiendo su definición. Después de años donde la pregunta era sólo si la consulta llegaría o no, hemos vivido un debate donde hemos pasado de consulta a proceso participativo o movilización.

Con el debate meramente jurídico sobre la existencia o no del derecho a decidir se escondía, una vez más, que en una democracia no deben de haber cosas que los ciudadanos no podemos decidir. Donde ciertas cosas no se pueden decidir por miedo a la democracia directa, es que la democracia representativa sabe que ha perdido su papel o más bien que se ha atribuido uno que no le corresponde. De hecho, hay muchos ejemplos de democracias participativas donde se producen procesos de democracia directa.
Pero el proceso no sólo no acabará sino que apenas empieza. De momento, tendremos las primeras conclusiones. Aclararán posicionamientos ciudadanos fuera del enfrentamiento entre las élites de Madrid y Barcelona que han querido apropiarse la voluntad ciudadana. Unos negando la posibilidad de participación y otras queriendo controlar y atribuirse la voluntad de expresión ciudadana. Y también de paso, restringiendo sólo a este proceso la democracia directa.
Mientras pasaba y pasa todo esto, sus sociedades, o mejor dicho una parte de ellas, se han ido haciendo conscientes de la necesidad de impulsar un nuevo tiempo basado en la transparencia y la participación colectiva.
Surge en Barcelona el movimiento Guanyem  Barcelona. Y siguiendo la idea, surge Ganemos en Madrid y procesos parecidos en todo el Estado. Comparten espíritu, se admiran, crecen y conviven. Y al fin entienden mejor las expectativas y los anhelos propios de cada cual.
Y se que para funcionar colectivamente hay que sumar. No integrar a otros a la verdad propia, sino sumar las verdades de cada grupo para obtener respuestas adaptadas a la sociedad multicultural a la que tendrán que dirigir sus decisiones.
Una vez más, las sociedades dan ejemplo de que la convivencia en la diversidad es posible. Aquello que las élites nunca harán porque supondría poner en entredicho su poder.

Marcos Campoy. Portavoz de Iniciativa per Castelló. Coalició Compromís